Cervantino 2023: Antares Danza Contemporánea rompe las normas sociales

Por Jessica Herrera

La presentación del ballet experimental “Las buenas maneras” de Antares Danza Contemporánea en la edición número 51 del Festival Internacional Cervantino (FIC) nos transportó a un mundo donde la danza, la música y la narrativa se entrelazan en una experiencia única.

Esta producción revolucionaria, creada por el director Miguel Mancillas, desafía las convenciones tradicionales del ballet creando un argumento donde la obra gira en torno a un planteamiento que representa a través del movimiento.

“Lo humano, su vulnerabilidad y potencias. Cuestionando los modales sociales impuestos o aquellos auto infligidos”, donde cada bailarín personifica a un ciudadano común y corriente en su cotidianidad, esta danza “busca abrir interrogantes en el intento por ampliar los conceptos de lo que creemos ser y en aceptarnos dentro de una diversidad” y abre a la interpretación de su público temas como los roles de género, los modales y estereotipos de la sociedad.

La coreografía contemporánea y experimental cuenta con movimientos fluidos y asimétricos, para expresar la lucha interna de cada individuo. “Para Antares cada obra es testimonio de nuestra capacidad de sobrevivencia y adaptabilidad. Como reflejo del interior y en respuesta a lo social. En ese sentido Las buenas maneras es congruente a las inquietudes y necesidades de quienes conforman el grupo”, indica el sitio web oficial del Cervantino.

La música en su totalidad está compuesta únicamente por notas de un piano mezclada con sonidos experimentales reinventando lo clásico, estos efectos sonoros envuelven a la audiencia, creando una experiencia sensorial profunda y emocional.

Uno de los aspectos más destacados de esta obra es su escenografía minimalista al igual que el vestuario homogéneo en tonos neutros y grises, dejando de lado lo visual para centrarnos únicamente en las sensaciones que nos produce la danza.

Las imágenes que nos regalan con su expresión corporal los bailarines, hacen desafiar la percepción del espectador creando una sensación de inmersión total, utilizando el lenguaje universal de la danza y la música para transmitir las emociones y los dilemas de los personajes. Esta ausencia de palabras fomenta una conexión única entre el público y los artistas.

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